En las primeras 14 semanas de gestación a petición de la madre.

Por diferentes causas médicas, cada una de ellas con sus plazos correspondientes.

Estas causas son las siguientes:

– Cuando exista el riesgo de anomalías graves para el feto hasta las 22 primeras semanas de gestación.

– Cuando se detecte en el feto una enfermedad de extremada gravedad y que sea incurable en el momento de realizar el diagnóstico.

– Cuando exista un grave riesgo para la vida o salud de la madre hasta las 22 primeras semanas de gestación.

– Cuando las anomalías que pueda presentar el feto sean incompatibles con la vida.

La interrupción voluntaria del embarazo tiene que hacerse en un centro sanitario acreditado, ya sea público o privado.

Que sea llevada a cabo por profesionales de la medicina especializados en este tipo de intervenciones o bajo su dirección.

Se necesita el consentimiento expreso y por escrito de la madre o de su representante legal. En el caso de los menores de edad, sus progenitores deben dar el consentimiento.

Tener fuertes dolores en el vientre, fiebre o un sangrado muy abundante que no cese en pocas horas. En estos casos, hay que acudir a la clínica que realizó la intervención o a urgencias.

Presentar un sangrado irregular durante unos 10 o 15 días, pequeñas molestias similares a la menstruación o molestias en las mamas.

Usar la ducha en lugar de tomar baños durante los días posteriores, emplear compresas en vez de tampones y no mantener relaciones sexuales con penetración.