Los juguetes sexuales vendidos en Europa tienen que pasar ciertos estándares de calidad para asegurar un disfrute seguro de los mismos.

Pero es importante tener en cuenta algunas buenas prácticas de uso, para evitar enfermedades de transmisión sexual, infecciones u otros problemas derivados de un mal uso.

¿Son seguros los juguetes sexuales?

Los juguetes sexuales, como tal, son seguros si se han fabricado con los estándares que establece la Unión Europea al respecto de materiales aceptados como seguros.

Aun así, hay algunas recomendaciones que deberías tener en cuenta al respecto de los materiales de fabricación y su ensamblaje de piezas, que pueden ser tóxicos o causarte heridas o infecciones, especialmente si lo compras fuera de la UE.

Lo ideal es evitar comprar juguetes de la cual desconozcas su procedencia, los componentes de fabricación o que sean excesivamente baratos.

Por ejemplo, algunos juguetes sexuales baratos que estén fabricados con PVC o petrolato contienen químicos adicionales (ftalatos) que sirven para hacer el juguete erótico más flexible.

Esos químicos pueden filtrarse afectando al balance hormonal de tu cuerpo, las funciones reproductivas o incluso se han relacionado con el cáncer de mama.

En Estados Unidos el uso de ftalatos está muy restringido y por ejemplo no se puede emplear en juguetes infantiles. Así que, ¿por qué no evitarlo en tus juguetes sexuales?

Por otro lado, los juguetes eróticos baratos y de mala fabricación pueden tener otra infinidad de problemas como que se puedan derretir, exudar aceites o emitir olores desagradables, lo cual te puede provocar infecciones.

También las juntas mal ensambladas pueden provocar heridas o calambres.

A veces, simplemente, no son materiales que puedan esterilizarse bien y se acumulan las bacterias, aunque lo laves.

Por último, y no menos importante, cualquier juguete sexual que pueda “perderse” por tu cuerpo, tampoco es seguro.

Ya no solo por tener un tamaño pequeño, sino también por malos sistemas de sujeción o la posibilidad de que se rompa alguna de sus partes.

Compartir juguetes sexuales y enfermedades de transmisión sexual

Un mal uso al compartir juguetes sexuales puede dar pie a enfermedades de transmisión sexual.

Si no conoces el historial médico de la persona con la que vas a mantener relaciones, debes aplicar la misma lógica al compartir juguetes eróticos que con las relaciones: protégete al máximo.

No solo en la fabricación de los juguetes sexuales está el problema, sino también en su uso y cuidado.

Si pretendes compartir juguetes eróticos, lo mejor es que tengas sumo cuidado.

Lo ideal es que no compartas estos juguetes.

Pero si vas a hacerlo, utiliza un preservativo para cubrirlo, y esterilízalo después de cada uso según se recomiende por el fabricante.

Lo ideal para comprar un juguete sexual seguro es que sea realizado de material no poroso en el cual no puedan acumularse bacterias y hongos.

Algunos de los materiales que son seguros (aunque aun así requieren de un buen uso para evitar que se rompan) son la silicona, los plásticos duros tipo ABS, el vidrio, el metal, la madera o la cerámica.

Los juguetes realizados con materiales porosos no se consideran inseguros por muchos vendedores, pero sí que se recomienda no compartirlos por la dificultad de esterilizarlos.

Conclusiones finales

Así pues, el uso de juguetes sexuales es seguro, pero es importante que realices una compra informada sobre los mismos.

Asegúrate que cumplan con los estándares de calidad de la Unión Europea en materia de componentes a utilizar y también que te asegures de que entiendes cuál es el mejor mantenimiento de estos, para su máxima duración e higiene.

Lo mejor que puedes hacer para comprar juguetes sexuales seguros es visitar tiendas de buena reputación y dejarte asesorar, además de preguntar de qué material están fabricados.