El VPH se contagia a través de las relaciones sexuales, y algunas de sus más de 30 cepas se consideran de alto riesgo, llegando a provocar cáncer de cuello uterino en las mujeres.

La mayoría de las mujeres y hombres sexualmente activos se infectarán en algún momento de sus vidas y algunos pueden infectarse repetidamente.

Veamos a continuación, cómo se contagia el virus del papiloma humano o VPH, cómo afecta al hombre y la mujer, y cómo podemos prevenirlo y tratarlo.

¿Qué es el virus del papiloma humano (VPH)?

VPH significa virus del papiloma humano, y suele ser una de las infecciones de transmisión sexual (ETS) más comunes, por lo que es probable que los hombres y mujeres sexualmente activos, puedan contraerlo al menos una vez en sus vidas, si no toman las prevenciones necesarias.

Algunos estudios aseguran que un 80% de las personas se infectará con al menos un tipo de VPH en su vida.

Las estadísticas del VPH en España indican que hay una incidencia de la infección en un 14% de las mujeres.

Por otro lado, existen alrededor de 100 tipos de VPH que afectan diferentes partes del cuerpo.

Aproximadamente, unos 30 tipos o cepas de VPH pueden afectar los genitales, incluidos la vulva, la vagina, el cuello uterino, el pene y el escroto, así como el recto y el ano.

De ellos, alrededor de 14 tipos se consideran de «alto riesgo» y pueden provocar cáncer de cuello uterino.

¿Qué causa el virus del papiloma humano?

El VPH es una infección que se transmite sexualmente, pero no se requieren relaciones sexuales con penetración para que pueda ocurrir el contagio.

El contacto genital piel a piel es una forma de transmisión muy común.

Algunos tipos de VPH causan verrugas genitales, que son bultos duros y ásperos que crecen en la piel.

Cualquier persona que sea sexualmente activa puede contraer el VPH y las verrugas genitales.

Por lo tanto, el contacto genital de piel a piel es un método de contagio que no puede ser bloqueado completamente por el uso del preservativo masculino, por lo que es posible contraerlo sin darnos cuenta al entrar en contacto con los bultos.

Estas verrugas aparecen con mayor frecuencia en la vulva, en o alrededor de la vagina, el ano, la ingle, o en el cuello del útero.

¿Cómo puede afectar el virus del papiloma humano?

Los tipos de VPH que no causan cáncer y que se contagian de piel a piel (especialmente los tipos 6 y 11) pueden causar verrugas genitales y papilomatosis respiratoria.

Esta última es una enfermedad en la que los bultos crecen en las vías respiratorias que van desde la nariz y la boca hasta los pulmones.

Aunque estas afecciones rara vez provocan la muerte, pueden causar una aparición significativa de la enfermedad.

Las verrugas genitales son muy comunes y altamente infecciosas.

Además, afectan la vida sexual de manera significativa.

De hecho, ciertas cepas del virus del papiloma humano pueden causar cambios en las células del cuello uterino, una afección llamada displasia cervical.

Si no se trata, la displasia puede convertirse en cáncer de cuello uterino.

¿Se puede curar el VPH?

Actualmente, no existe una cura conocida para el virus del papiloma humano.

Existen algunas vacunas contra el VPH, pero, aunque estas nos protegen contra la infección de ciertas cepas de VPH, no eliminan la infección una vez que nos hemos contagiado.

Vacunación contra el VPH

Afortunadamente, en el presente existen 3 vacunas contra el VPH.

Las tres vacunas nos protegen contra el VPH 16 y el 18, que se sabe que causan al menos el 70% de los cánceres de cuello uterino.

La tercera vacuna protege contra cinco tipos de VPH que causan otro 20% de los cánceres de cuello uterino.

Dos de estas vacunas también protegen contra los tipos 6 y 11 del VPH, que causan verrugas en el ano y en los genitales femeninos y masculinos.

Las vacunas contra el VPH funcionan mejor si se administran antes de que la persona tenga contacto con el virus.

Por lo tanto, la OMS recomienda vacunar a los niños de entre 9 y 14 años, cuando la mayoría no ha iniciado la actividad sexual.

Pero es también, porque es la medida de salud pública más beneficiosa contra el cáncer de cuello uterino.

¿Cómo podemos detectar el VPH o cómo diagnosticarlo?

No todos los casos de VPH presentan síntomas, ya que los síntomas varían según la cepa del VPH.

Sin embargo, cuando presenta síntomas, estos incluyen:

Verrugas genitales

En los hombres, las verrugas genitales aparecen con mayor frecuencia en el pene, en el escroto, en el ano o alrededor de la ingle.

La infección por el papiloma humano, incluidas las que pueden causar cambios celulares, no causa síntomas, por lo que es difícil diagnosticar el VPH en los hombres.

El diagnóstico de VPH en hombres se realiza cuando se observan verrugas genitales externas.

Por lo general, este virus no supone un riesgo muy grave para los hombres.

Sin embargo, la prevención del VPH sigue siendo importante, ya que el virus se ha relacionado con cánceres poco comunes en el pene, el ano, y el cuello.

Cambios celulares detectados a través de una prueba de ADN del VPH

Este examen busca directamente el material genético (ADN) del VPH dentro de una muestra de células.

La prueba puede detectar el tipo de VPH relacionado con el cáncer de cuello uterino.

¿Cómo prevenir el virus del papiloma humano?

¿Cómo se trata el virus?

Como mencionamos antes, no existe una cura definitiva para el virus del papiloma humano. Sin embargo, muchas infecciones por VPH desaparecen por sí solas.

De hecho, alrededor del 70 al 90% de los casos de infección por VPH son eliminados del cuerpo por el sistema inmunológico.

El tratamiento solo tiene el objetivo de aliviar los síntomas eliminando las verrugas visibles.

Los tratamientos pueden incluir:

Conclusiones

Aunque no existe una cura para el virus del papiloma humano, es posible detectarlo y tratarlo a tiempo, especialmente si existe un alto riesgo de cáncer de cuello uterino.

Es importante realiza la prueba del Papanicolaou (frotis) regularmente, especialmente si tienes una nueva pareja sexual.

No dejes de consultar cualquier duda con tu médico de confianza, en caso de notar cualquier cambio anormal en tus genitales u otras zonas del cuerpo con el que hayas tenido contacto íntimo con tu pareja.